La publicación de este libro supuso un notable descenso en el interés y la financiación disponible para la investigación de redes neuronales.
Algo semejante ocurrió en áreas de conocimiento próximas, como la traducción automática, área en la que tras prometedores comienzos (como la demostración de traducción automática del ruso al inglés realizada en 1954 y conocida como Experimento de Georgetown), la publicación del informe ALPAC en 1966 puso de manifiesto las limitaciones reales que el desarrollo tecnológico de la época suponían al avance de la Inteligencia Artificial.
Todo esto llevó a lo que hoy día se conoce como Invierno de la Inteligencia Artificial, período que comenzó a finales de la década de los 60 y que se extendió a lo largo de algo más de 10 años, hasta comienzos de la década de los 80.
Este abandono de las investigaciones duró, entre otras cosas, hasta que se reconoció la potencia que suponían las redes neuronales feedforward con dos o más capas (las hoy día conocidas como perceptrones multicapa), arquitecturas que no solo superaban las limitaciones del desarrollo original de Rosenblatt, sino que han evolucionado hasta el punto de poder ser aplicadas con gran éxito a áreas tan complejas como la visión artificial o el reconocimiento de voz.
Además, es necesario destacar que la potencia de los ordenadores de la época no permitía el entrenamiento de algoritmos complejos. Toda esa evolución que ha llevado a las redes neuronales hasta lo que son hoy día ha requerido una evolución tecnológica adecuada, y no solo en lo que se refiere al desarrollo de los algoritmos usados, sino también a la potencia de cálculo de los ordenadores, memoria, etc.