La seguridad a nivel de objeto (OLS por sus siglas en inglés) es un enfoque de seguridad informática que se centra en la protección de los objetos individuales que componen una aplicación o sistema. Los objetos son entidades autónomas que tienen propiedades y comportamientos definidos, y pueden ser cualquier cosa, desde un archivo o un registro en una base de datos hasta un proceso o una instancia de una aplicación. La seguridad a nivel de objeto se basa en la premisa de que si se protegen los objetos individuales, se garantiza la seguridad del sistema en su conjunto.
Una de las principales ventajas de la seguridad a nivel de objeto es que permite un control granular sobre el acceso a los objetos individuales. En lugar de tener una única capa de seguridad que protege todo el sistema, la seguridad a nivel de objeto permite definir diferentes niveles de acceso y permisos para cada objeto individual. Por ejemplo, se puede permitir que un usuario tenga acceso de solo lectura a un archivo, mientras que otro usuario tiene permisos de edición.
Otra ventaja importante es que la seguridad a nivel de objeto hace que sea más fácil detectar y responder a las amenazas de seguridad. Si un objeto se ve comprometido, se puede aislar y limitar el alcance del daño. Además, la supervisión de los objetos individuales permite detectar patrones y comportamientos anómalos, lo que puede indicar una amenaza de seguridad en curso.
La seguridad a nivel de objeto se aplica en una amplia gama de aplicaciones y sistemas. Por ejemplo, en el contexto de las aplicaciones web, se puede utilizar la seguridad a nivel de objeto para proteger diferentes elementos, como páginas, formularios, imágenes y archivos adjuntos. En una base de datos, se pueden proteger tablas individuales, vistas y procedimientos almacenados. En un sistema operativo, se pueden proteger archivos y carpetas individuales, procesos y servicios.