Veamos otro ejemplo en el que seguramente el concepto quede más claro: supongamos que hemos registrado las ventas de una empresa cada día del mes y las hemos llevado a una gráfica:
Parece claro que hay un patrón: el mes comienza con ventas en torno a 12 o 14 mil euros, descienden hasta tocar fondo en torno al día 10 y después comienzan a aumentar hasta alcanzar el máximo a finales del mes. Y nos gustaría ser capaces de predecir las ventas de un día cualquiera para el mes siguiente, para lo que hemos decidido utilizar un polinomio que se aproxime a los datos de los que disponemos de forma óptima según algún criterio.